agosto 21, 2012

La hoguera de la última noche

Con ganas de no querer volver a casa. Con ganas de seguir perdida en aquel rincón de playa más que desierto. Con ganas de seguir conociendo a la persona que en un principio ni siquiera hizo que fuera capaz de recordar su nombre.
Mario le quedaba mucho mejor. Era el típico chico con aires surferos.
Tampoco fui capaz de darme cuenta y mucho menos reconocer, que me acabó enganchando.
Lo hicieron mis amigás por mí, mientras yo negaba la evidencia.

Al final lo supe porque el tiempo se largó demasiado rápido. Y como siempre me pasa, incapaz de dar el paso, me he quedado con mi no amor de verano.

No hay comentarios:

Publicar un comentario