diciembre 19, 2014

Dicen que soy fría

y entonces probablemente muera de hipotermia, porque nunca antes lo he hecho de amor. Pienso si alguna vez sentí eso en la tripa que dice todo el mundo, pero yo lo confundo con hambre. Nadie necesita mariposas en el estómago teniendo pájaros en la cabeza. La cosa va de animales, lo que somos en la cama. Nadie se queja tanto como ese colchón que grita de envidia y despierta a medio vecindario. Incendiando la habitación y no por el cigarro de después, si no por las tostadas que dejamos mientras nos cogíamos otra vez, así que abre la ventana que entre aire, agua y tierra, que el fuego ya está aquí. Y después de que todo entre, nos toca salir, de esta casa, de esta ciudad, de esta vida. La tuya que era mía hasta hace unos días. La mía que fue tuya hasta hace unas horas.
Porque a medida que escribo me libero pero me voy quedando sin espacio, y ya no puedo seguir alargando algo que ni siquiera llegó a empezar. Quiéreme cuando lo leas que yo te odiaré cuando no me escribas.

1 comentario: