febrero 20, 2012

Ya sabes

Me suena a poco. Más bien a nada. Ni a lejos y mucho menos a cerca. Como si no hubiera pasado nunca, como si hubiese sido transportada a otra vida. Como si los recuerdos caducasen. Porque todo tiene fecha de caducidad. Su color de pelo, tu piel bronceada, su manera al caminar, tu manera de pensar,  su manera de recordarte,  tu manía de no olvidarle. Las palabras se evaporan, los sentimientos se enquistan, las heridas no sangran y las cicatrices no pican. Aquella foto no te persigue, ni el olor a mar te ahoga. Y los besos destinados a la boca mueren en alguna mejilla lejana. O viven en otra boca más cercana.

3 comentarios:

  1. A mi pensar tanto en sentimientos o en sensaciones, darles vueltas o analizarlos, me acojona. Quizá por miedo a las conclusiones, quizá.
    Besos
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  2. Anónimo14:53

    La verdad, me siento identificado, me parece que estas cosas suelen ser recíprocas ;)

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