Fui tonta, estúpida y todos los sinónimos en los que podáis pensar ahora mismo.
Pero fui feliz.
Nunca he sido de adentrarme en sentimientos a distancia, más que nada, porque en mi maleta no
cabe todo y no quise comprar una más grande. Así que junté todo lo que iba viniendo,
a presión y desorden.
Y pasó lo que esperaba que pasara, pero que creía que tardaría en llegar.
La maleta se abrió (eso me pasa por no echar la llave) y todo,
absolutamente todo lo que había dentro, despareció.
Durante dos días me sentí incompleta, sabiendo que esto era real y no quería creerlo.
Maldita maleta de cuatro ruedas que te hace creer que todo va a ir sobre esas cuatro.
Acabé creyendo en mí y dejando de creer en todo lo demás.
Era una situación tan novedosa que también creí
no poder salir de ella. Pero salí.
Me he comprado otra maleta.
Me alegro de que todo te haya reventado y hayas podido por fín decidirte a comprar una maleta más grande... No la llenes demasiado sobre todo a presión...
ResponderEliminarComo me alegro de que hayas comprado otra maleta!!! y ésta seguro que no revienta!!
ResponderEliminarNo fuiste ni tonta ni estúpida, fuiste una feliz enamorada, mientras duró!! Y pronto volverás a vivir esa felicidad aumentada!! ya verás!! :)
Un besazo grande Cincoletras!!
Y yo que llevo siempre lo mínimo para no tener que facturar...
ResponderEliminarA veces hacemos las maletas demasiado pesadas, por eso prefiero llevar lo imprescindible.
ResponderEliminar