Lo único que sé con certeza es, que tú como las hojas, caes. Vives de cambios, año tras año y siempre en la misma fecha. Es como si tu límite fuera de algo menos de 365 días, como si dejando cosas por el camino, no insignificantes, creyeras avanzar.
Conociste a septiembre. Olvidaste que ese mes seguía a agosto, a gusto. Lo cálido. Las estaciones tan llenas de encuentros, las copas tan llenas de vino, la cama tan llena de besos, tú y yo tan llenos de vida. Tachaste septiembre en el calendario y con ello, a nosotros. Quisiste probar a octubre. Quizás era más parecida a ti. No me opuse, me aparté, como cuando arrancas esa página dejando paso a lo que viene detrás, así me fui. Ella se quedó el mismo tiempo que me dejaste quedarme a mí. Quizás un día más.
Hablamos de meses y de lo que no estás dispuesto a sentir, ¿noviembre dulce?
Conociste a septiembre. Olvidaste que ese mes seguía a agosto, a gusto. Lo cálido. Las estaciones tan llenas de encuentros, las copas tan llenas de vino, la cama tan llena de besos, tú y yo tan llenos de vida. Tachaste septiembre en el calendario y con ello, a nosotros. Quisiste probar a octubre. Quizás era más parecida a ti. No me opuse, me aparté, como cuando arrancas esa página dejando paso a lo que viene detrás, así me fui. Ella se quedó el mismo tiempo que me dejaste quedarme a mí. Quizás un día más.
Hablamos de meses y de lo que no estás dispuesto a sentir, ¿noviembre dulce?
Dicen que a veces los cambios son buenos pero difíciles de asumir. Pero si te marea demasiado... y te hace daño, dile adiós.
ResponderEliminar¡Un besazo!
Una entrada breve pero con fuerza, sencillamente genial. Un beso!!
ResponderEliminarGracias por escribir así.
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