octubre 03, 2012

Ya no hay nada que me diga que alguna vez la quisiste.

Lo único que sé con certeza es, que tú como las hojas, caes. Vives de cambios, año tras año y siempre en la misma fecha. Es como si tu límite fuera de algo menos de 365 días, como si dejando cosas por el camino, no insignificantes, creyeras avanzar.
Conociste a septiembre. Olvidaste que ese mes seguía a agosto, a gusto. Lo cálido. Las estaciones tan llenas de encuentros, las copas tan llenas de vino, la cama tan llena de besos, tú y yo tan llenos de vida. Tachaste septiembre en el calendario y con ello, a nosotros. Quisiste probar a octubre. Quizás era más parecida a ti. No me opuse, me aparté, como cuando arrancas esa página dejando paso a lo que viene detrás, así me fui. Ella se quedó el mismo tiempo que me dejaste quedarme a mí. Quizás un día más.
Hablamos de meses y de lo que no estás dispuesto a sentir, ¿noviembre dulce?

3 comentarios:

  1. Dicen que a veces los cambios son buenos pero difíciles de asumir. Pero si te marea demasiado... y te hace daño, dile adiós.
    ¡Un besazo!

    ResponderEliminar
  2. Una entrada breve pero con fuerza, sencillamente genial. Un beso!!

    ResponderEliminar
  3. Gracias por escribir así.

    ResponderEliminar